CANCÚN, Q. Roo.- De poco más de 160 menores que participaron en el curso de verano del DIF, se ubicaron cinco casos de víctimas de abuso infantil, incluida una mujer adulta que durante su infancia fue abusada.
“Gracias a estos talleres hemos podido detectar casos, como estos cinco de quienes en algún momento de su vida fueron abusados y que gracias a su participación en el curso de verano fueron detectados”, informó la presidenta del DIF, Alicia Ricalde Magaña.
En este sentido, Patricia López Mancera, directora de PAMAR, recalcó que los papás son factores sumamente importantes para confirmar o no el abuso al menor, por lo que se cita a los papás sin decirles los motivos, sólo que es respecto a la conducta de sus hijos y se les hace un interrogatorio por separado, para tratar de confirmar el acto y sobre todo de identificar quién es la persona que está abusando del menor; si hay una confirmación, se fincan las responsabilidades legales contra el victimario; mientras que la Procuraduría toma las acciones legales por tratarse de un delito.
La víctima recibe dos tratamientos para que vaya superando el daño y que a la par pueda reintegrarse a la escuela, con sus compañeros y con la sociedad en general, lo cual es de suma importancia, puesto que si no se le da, la víctima cuando crece puede convertirse en victimario, volviéndose todo en un círculo vicioso imparable.
“Gracias a estos talleres hemos podido detectar casos, como estos cinco de quienes en algún momento de su vida fueron abusados y que gracias a su participación en el curso de verano fueron detectados”, informó la presidenta del DIF, Alicia Ricalde Magaña.
En este sentido, Patricia López Mancera, directora de PAMAR, recalcó que los papás son factores sumamente importantes para confirmar o no el abuso al menor, por lo que se cita a los papás sin decirles los motivos, sólo que es respecto a la conducta de sus hijos y se les hace un interrogatorio por separado, para tratar de confirmar el acto y sobre todo de identificar quién es la persona que está abusando del menor; si hay una confirmación, se fincan las responsabilidades legales contra el victimario; mientras que la Procuraduría toma las acciones legales por tratarse de un delito.
La víctima recibe dos tratamientos para que vaya superando el daño y que a la par pueda reintegrarse a la escuela, con sus compañeros y con la sociedad en general, lo cual es de suma importancia, puesto que si no se le da, la víctima cuando crece puede convertirse en victimario, volviéndose todo en un círculo vicioso imparable.
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