Por EL FRANCOTIRADOR “Somos equipo, si tocas a uno, tocas a todos”
Cancún.- Una vez más los policías judiciales de Cancún se dieron a notar, al hacer mal uso de las armas de cargo cuyo resultado fatal fue de dos muertos y un joven homicida; lo peor del caso es que no fue en cumplimiento del deber, ni un operativo en contra de la delincuencia organizada, ni siquiera una llamada de apoyo para la ciudadanía, todo se debió a un móvil pasional derivado del tipo de relaciones sentimentales que caracterizan a un gran sector de la población de Cancún, que por ser tan comunes se han llegado a considerar normales.
Los muertos se llamaban Tirso Graniel Pacheco, policía judicial quien se desempeñaba como escolta del director de averiguaciones previas, Carlos Arturo Álvarez Escalera, quien murió a manos del contratista Delio García Bautista avecindado en la delegación Alfredo V. Bonfil, quien era esposo de la mujer que propició ésta tragedia, ya que era la amasia del policía y esposa del constructor al mismo tiempo; el homicida de tan solo 19 años, quien se encuentra detenido en la subprocuraduría, responde al nombre de Cristian Graniel Cruz; la tragedia se desarrolló en el fraccionamiento Urbi Villas, en la Región 107, manzana 61, lote 15, de Cancún.
El homicida Cristian Graniel fulminó de 14 balazos al agresor de su padre el judicial Tirso cuando se percató que Delio García huía del lugar tras haber herido a Tirso; el arma homicida fue una subametralladora Galil calibre .223, perteneciente a la corporación judicial misma que tenía a cargo el escolta occiso. El joven permanece en calidad de detenido y ya el ministerio público analiza su situación jurídica, para establecer si se trató de legítima defensa pues el asesino también disparó en su contra.
El procurador de Justicia Gaspar Armando García Torres puntualizó que el móvil de éste asesinato es pasional, de acuerdo con las primeras investigaciones, ya que el escolta fallecido, sostenía una relación sentimental con la aún esposa del constructor muerto en el mismo sitio.
Definir el “crimen pasional”, es el epílogo de muchas relaciones de pareja, es el homicidio cometido en la abrumadora mayoría de las veces por un hombre en contra de su pareja femenina, o contra el nuevo amante de la pareja del hombre engañado, o de la mujer traicionada; bajo la falsa idea de que es un acto imprevisible e incontrolable, orillado por fuerzas ocultas, y no el desenlace de una vida de violencia, construida desde la estructura de la sociedad.
Este tipo de homicidios catalogados como crímenes pasionales, por las autoridades judiciales, eclesiásticas o por la sociedad en su conjunto, dejan entendido que todo está suficientemente claro, explícito y que no hay nada más que investigar.
Lo cierto es que las autoridades en éste caso de la Procuraduría de justicia tienen su parte dentro del problema ya que permiten libremente, que los escoltas, y policías, porten armas de cargo fuera de servicio, lo cual no se estila entre los elementos de las fuerzas armadas; se tienen registros de que en Cancún se han efectuado un gran número de decesos utilizando armas de cargo de los judiciales. Deben entregarlas en el depósito de armas, antes de salir francos, es tal vez parte de la solución, para que no haya más decesos empleando el armamento de la corporación.
CRIMENES PASIONALES RECIENTES ENTRE JUDICIALES
Basta recordar brevemente el caso acontecido el 19 de febrero de éste año cuando dos policías judiciales, un hombre y una mujer pertenecientes a dicha corporación, quienes sostenían una relación amorosa, muren en las primeras horas de ese domingo en Cancún, como consecuencia de una discusión derivada de la infidelidad entre ambos, que derivó en un crimen pasional y suicidio al mismo tiempo; el caso se registró en la madrugada al interior de la casa ubicada en la región 259, manzana 7 del fraccionamiento las Palmas, hasta donde llegaron unidades de la Policía Municipal.
En esa ocasión el área del “crimen pasional” se vio rodeado por Soldados del Ejército, elementos de la Marina, y otros de la Policía Federal, Estatal y Policía Judicial. Más tarde arribaron peritos y un agente del Ministerio Público, para realizar las investigaciones correspondientes del caso de judiciales envueltos en un crimen pasional.
El suceso trágico se registró posterior a la discusión y acusaciones de infidelidad entre José Manuel Hernández Gómez asignado a la comandancia de la delegación de Bonfil, -quien llevaba una vida extramarital- con su compañera de cama y de trabajo, Narcedalia Ramos Gómez, asignada al área de Delitos sexuales, lo que bastó para que el varón tomara su arma de cargo una pistola calibre 9 milímetros la cual disparó en contra de ella, pegándole un tiro en la cabeza para luego accionarla sobre su propio pecho.
Otro caso de muerte de un policía judicial con su propia arma de cargo ocurrido en Cancún, fue el 03 de septiembre del año 2011. Cuando de un disparo en la cabeza, el agente judicial Jorge Arturo Martínez González, se privó de la vida en su domicilio ubicado en la calle primera privada Girasol número 67, lote uno, manzana 84, de la Supermanzana 248, del fraccionamiento Villas del Mar.
De acuerdo con las declaraciones de la viuda, Arturo Martínez quien estaba asignado al grupo de investigación en homicidios y posteriormente fue cambiado al grupo de robos diverso, se suicidó en forma pasional, luego que el agente judicial sostuvo una fuerte discusión con ella, su esposa, al grado que tomó la fatal decisión de agarrar su arma de cargo calibre 9mm y dispararse en la cabeza; hasta el lugar una vez más llegaron agentes judiciales, encabezados por el director general de la policía judicial Arturo Olivera Mendiola, personal de la Secretaría de Marina Armada de México.
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