Cancún.- Quintana Roo enfrenta el riesgo de un fuerte temblor o incluso un Tsunami, por su ubicación, muy cerca de donde se unen las placas tectónicas del Caribe y Norteamérica que actualmente tienen gran actividad.
Los recientes eventos sísmicos en el estado, han sido minimizados por las autoridades lo que extraña a muchos ciudadanos, aunque los antecedentes son contundentes acerca de las probabilidades de que se desarrolle un temblor que afecte a las costas del estado en forma “ola gigante”.
En el caso de los movimientos telúricos en Quintana Roo, Javier Francisco Pacheco, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN) en un reporte publicado por en la revista de la Unión Geofísica Mexicana, establece “El evento más interesante ocurrido durante el segundo trimestre del 2002 es el sismo de Quintana Roo del 10 de junio. Este sismo ocurrió en una región que se considera asísmica, por lo que ésta es la primera evidencia de sismicidad en el estado”.
El especialista en la materia –agrega- “lo interesante del mecanismo es su similitud con los eventos de Champotón, Campeche, de 1998, que se localizaron al otro lado de la Península de Yucatán, y cuya magnitud máxima fue de 4.4 (Servicio Sismológico Nacional, Reporte de Sismos, 1998). Estos son evidencia de fallamiento activo en la Península de Yucatán, que al parecer está siendo deformada por esfuerzos compresivos con dirección N-S”.
O sea; que desde el 2002 se tiene conocimiento que Quintana Roo es una zona propensa a los terremotos.
Otro dato interesante es que en la madrugada del 28 de mayo de 2009, un potente sismo de 7.1 grados sacudió Honduras, ocasionando siete muertes y pérdidas por mas de 120 millones de dólares; de acuerdo a la Comisión Permanente de Contingencias (Copeo), el movimiento telúrico se registró a las 12:32 AM en el mar Caribe, a 112 kilómetros al noroeste de Roatán, Islas de la Bahía, a 21.6 kilómetros de profundidad
Según el experto del departamento de Física de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y miembro del Comité Técnico Científico de Copecó, José Jorge Escobar, el sismo tuvo lugar en la frontera de placas de Norteamérica y el Caribe, en la denominada "falla transformante o de roce".
En abril del 2010 Las chimeneas volcánicas submarinas más profundas del mundo, las llamadas "fumarolas negras", fueron descubiertas a unos cinco mil metros de profundidad en la fosa de Islas Caimán, que recorre toda la zona del Caribe.
Científicos del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido realizaron el hallazgo de la depresión de Islas Caimán; es una zona de choque entre la placa tectónica norteamericana y la del Caribe que está considerada como la falla volcánica submarina más profunda del mundo.
Entre Cuba y Haití, la placa Caribe se desplaza unos 20 mm por año hacia el oriente en relación con la placa de Norteamérica La interacción de estas dos placas ha creado varios sistemas de fallas activas, entre ellos el Septentrional, al norte de Haití; Éste último se considera el responsable del evento ocurrido el 12 de enero de 2012; y probablemente fue el responsable de eventos catastróficos previos, en 1860, 1770, 1761, 1751, 1684, 1673, y 1618.
Por su parte, Carlos Serra Barber, geógrafo de la Universidad de La Habana de Cuba, explico: "El que no haya ocurrido hasta el momento, no significa que nunca va a suceder". También consultor internacional especialista en temas de vulnerabilidad costera, entrevistado por un medio local luego del sismo que se produjo en el Golfo de México en 2009 y que se sintió en Cancún, expreso:
"Es urgente que las autoridades de Quintana Roo elaboren un plan de prevención de riesgo de terremotos y Tsunamis; definitivamente estamos en una zona con alta actividad sismológica", advierte Serra Barber.
Explica que de generarse una fractura profunda en las placas del sur de Cuba y Puerto Rico, el primer nivel de impacto de una gran ola sería en las costas de Quintana Roo y podría alcanzar una profundidad de 20 kilómetros hacia adentro en su primer golpe. En este sentido destaca que es necesario establecer medidas de prevención y aumentar la capacidad de respuesta porque a diferencia de los huracanes, un temblor o un Tsunami son, además de violentos, más rápidos, porque en tan sólo tres minutos la ciudad podría quedar bajo el agua.
El viernes 11 de mayo de este año, se sintió una vez mas el efecto de los reacomodos de la tierra en Quintana Roo y podría ser el anuncio de un evento de proporciones mayores; sin embargo los ecos fueron acallados de una sorprendente manera y se hizo circular el rumor de que no hubo tal evento y no existe en el Estado seria preocupación por generar una cultura de prevención de Tsunamis ni el equipo adecuado para su monitoreo.
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